Es verdad, mi blog se apagó casi al mismo tiempo que yo. Fui como una luz eléctrica en cortocircuito, mortecina y azul, intermitente y opaca. Dudé. Se me enfrió la piel de adentro. Me puse blanca envuelta en mis sábanas blancas.
Novedades brotaron de mi cabeza y de mi ser como una primavera feroz.
Mientras vos, Ernesto y con boina, te fuiste a pasear por los montes, entre los madroños (qué son los madroños?), mientras el mundo no dejó ni un instante su religión y orbitar, yo desaparecí porque el tiempo me dolía y me dolía el alma.
El hacedor - J.L. Borges - (de La cifra, 1981)
Somos el río que invocaste, Heráclito.
Somos el tiempo. Su intangible curso
Acarrea leones y montañas,
Llorado amor, ceniza del deleite,
Insidiosa esperanza interminable,
Vastos nombres de imperios que son polvo,
Hexámetros del griego y del romano,
Lóbrego un mar bajo el poder del alba,
El sueño, ese pregusto de la muerte,
Las armas y el guerrero, monumentos,
Las dos caras de Jano que se ignoran,
Los laberintos de marfil que urden
Las piezas de ajedrez en el tablero,
La roja mano de Macbeth que puede
Ensangrentar los mares, la secreta
Labor de los relojes en la sombra,
Un incesante espejo que se mira
En otro espejo y nadie para verlos,
Láminas en acero, letra gótica,
Una barra de azufre en un armario,
Pesadas campanadas del insomnio,
Auroras y ponientes y crepúsculos,
Ecos, resaca, arena, liquen, sueños,
Otra cosa no soy que esas imágenes
Que baraja el azar y nombra el tedio.
Con ellas, aunque ciego y quebrantado,
He de labrar el verso incorruptible
Y (es mi deber) salvarme.
5 comentarios:
Ver mi nombre (con boina) en tu escrito me llena de aquella alegría con la que me enfrento a Mozart en los días de sol rojo cual vino.
El madroño es el árbol símbolo de Madrid y las sierras madrileñas llenas de él: yo vivo muy cerca de la sierra del Guadarrama, al norte de Madrid.
Me has hecho recordar los años en que leía a Freud en la universidad y a Lacan-a-quien-dejé-de-leer-porque-me-hastiaban-sus-guioncitos-entre-palabras-y-matemas
En efecto, hay mucho trabajo por hacer: ¿matar como en la Balada de la Cárcel de Reading? Y sí, salvarte como las gotas de día que uno adivina en el paso de bandoneón de tu alma que te duele, a veces, y aún así danza y colorea a contraluz.
Hace un par de días murió un poeta compatriota mío, Jorge Eduardo Eielson. Pensando en tus verso te dejo este "Arte Poética" que escribiese en 1965: disculpa si es muy largo, pero quería compartirlo.
Jorge Eduardo Eielson: Arte poética II, 1965
Desayunarse
Mirarse en el espejo
Abrir y cerrar puertas
Fumar un cigarrillo
Escribir un poema
No mirar hacia adelante
No mirar hacia atrás
No mirar hacia arriba
No pensar en nada
Seguir fumando cigarrillos
Seguir abriendo puertas
Seguir cerrando puertas
Considerar que el tiempo pasa
Pasar el tiempo considerando
Que el tiempo pasa
Seguir llenando papeles
Escribir versos audaces
Metáforas sorprendentes
Brillantes adjetivos
Escribir por ejemplo
Un automóvil de Astrakhán
Transportará todas las noches
La estatua de Mao Tsé Tung
De la oficina a la alcoba
No escribir sobre la luna
Ni sobre la alcoba
No jugar con el amor
Ni con la rosa
Ni con el dolor
Ni con la prosa
Dibujar un corazón escarlata
Sobre la página blanca
Y pisotearlo con fuerza
O fabricar con gran esmero
Un corazón de madera
Y quemarlo lentamente
En una hoguera
Dejar pasar la gente
Dejar pasar el tiempo
Dejar pasar el mismo
Automóvil de Astrakhán
Con la estatua de Mao Tsé Tung
En la maletera
No mirar hacia adelante
No mirar hacia atrás
No mirar hacia arriba
No pensar en nada
Seguir abriendo puertas
Seguir cerrando puertas
Seguir fumando cigarrillos
Y escribiendo versos
Cada vez más sencillos
Cada vez más ligeros
Como burbujas
O como anillos
De humo celeste
Y pasajero
O como pompas
De jabón amarillo
Sin olvidar la medida
Ni descuidar el sentido
Ni la mermelada
Ni la nada
Ni la metonimia
Ni el oximorón
Ni la rima en on
Tan conmovedora
Y tan segura
Como el corazón
Como el saxofón
Como la basura
Pero eliminando
Sin piedad ninguna
La indisponente
Rima en ina
Demasiado pura
Demasiado fina
En un poema sin amor
Y sin altura
Con olor a pene
Y a vagina
Dejar caer la mirada
Sobre el papel indiferente
Arrastrar toda la vida
Un zapato incandescente
Un pantalón arrugado
Un bigote indecente
Y de la rima en ente
Pasar rápidamente
Sin molestar a la gente
A la rima en atas
Sólo para corregir
Un par de erratas
¿Vivir como las ratas
Y ponerse corbatas
O morir como las ratas
Sin ponerse corbatas?
Arrojar al canasto
Tanto verso incierto
Y con mucho cuidado
Como quien saca una carta
Del propio costado
Escribir muy claramente
Sobre el papel cansado
La palabra muerte
Tomar una cucharada
De leche de magnesia
Bien azucarada
(Excelente para el cutis
La sonrisa y los huesos)
Seguir abriendo puertas
Seguir cerrando puertas
Seguir fumando cigarrillos
No mirar hacia adelante
No mirar hacia atrás
No mirar hacia arriba
No pensar en nada
Gracias por los dos mensajes. Veras que recorte mi entrada, y quizas vuelva a ampliarla. Ya ves, estoy en constante mutacion, estoy en formmacion, en construccion.
Me gusto el poema de tu amigo, y me gustan tus versos, que soplas como al pasar, pero no pasan inadvertidos, cargados como van de poesia y delicadeza.
¡Noctiluca! Mis e-milios son: jakemboeditores@gmail.com y xtinopy@yahoo.com
Allí podemos hablar sobre el affaire modista paraguaya en Baires. Saludos.
Clara
no recordaba ese poema de Borges, pero lo cierto es que me ha hecho muy bien, en esta tarde gris de tristeza en Ostende. Con respecto a la canción de mi blog, se trata de Katia Guerreiro, una joven fadista portuguesa. Tengo en mp3 su música si te interesa. Besos. Myriam
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