martes, marzo 10

Poema del cadáver exquisito

Los sonidos del silencio corren
como almas desnudas
en la pulcritud de la noche
y en su nuca blanca
reposan los dedos pálidos de la mañana
que rompe toda red
todo fuego

y abro la puerta de la cabellera de un fantasma
ese fantasma soy yo
y el espejo se quiebra como una copa de sangre

perdidas las notas en el sueño implacable,
rodeadas de la espuma de mi cuerpo incoloro
estrechado en un abrazo que no
que no alcanzo


(encontrado por ahí... de algún momento de 2006)