lunes, marzo 27

Voy en busca de mí. Debo confiar en mí.


“Yo no voy a correr ni a escapar /De mi destino /Yo no pienso en peligros /Si fue hecho para mi /Lo tengo que saber /Pero es muy difícil ver /Algo controla mi ser /En el fondo…de mi /En el fondo de mi veo temor /Y veo sospecha”

---Charlie García, “Influencia” ---

El martes pasado estuve asistiendo a una charla de "medicina amazónica". Quien nos habló era un médico francés, que hace mucho vive en Perú, en la zona de Tarapoto. En su exposción integró disciplinas fascinantes de un modo a la vez pasional y ordenado: psicología, antropología, filosofía, religión...

La idea de su práctica clínica, originada en las culturas indígenas, es alterar la conciencia para llegar a lugares de nosotros mismos a donde jamás podríamos llegar en el estado de conciencia "normal", con fines terapéuticos. Es posible llegar a nuestra memoria antigua, uterina, biológica, transgeneracional. El contaba que si en alguna familia había habido traiciones, asesinatos, mucha enfermedad y muerte, aún después de varias generaciones eso podía estar perturbándonos y nosotros sin poder verlo.

El cuerpo es nuestra historia, nuestra herencia, todo lo que tenemos en la vida (me refiero a cuerpo como cuerpo-mente). Por eso hay que entender que es a través el cuerpo, que encarna al espíritu, como se puede llegar a ese “otro mundo”, y otros estados de conciencia.

Ellos usan una planta alucinógena que se llama "ayahuasca". Trabajan mucho en la recuperación de drogadictos, porque justamente los drogadictos alteran su conciencia, en un intento desesperado (y a veces intuitivamente correcto en su concepto), pero sin una guía y sin un objetivo específico, que es la clarificación, la visión, la lberación. Cuando no hay visión, hay adicción.

Contaban el efecto producido en pacientes que, mediante esta curación con plantas, encontraron cosas que no habían podido sacar a la luz con muchos años de terapia psicoanalítica.

Luces, sombras… Lo oculto y lo que se ve. El espíritu, lo racional. La pregunta, para los que les interesa el conocimiento profundo de sí mismos sería, ¿Qué soy internamente?

Esta práctica fue y es muy común en algunas tribus indígenas. Esto dio pie a reflexionar cómo estas comunidades tienen mucho más desarrollado el hemisferio derecho, el que rige la intuición, lo analógico (lo inexplicable por medio de la razón). Es “transrracional”, no “irracional”, es metafórico. Parece que nos vendría bien aprender más acerca de ese lenguaje...

Porque nosotros, los occidentales, hemos llevado al extremo el desarrollo de nuestro hemisferio izquierdo, regido por la razón, la lógica, la estructura del lenguaje. Desde niños nos enseñan a "no confiar" en los otros sentidos, que no sean “los 5” conocidos. Parece que hay otros... como el sentido de "lateralidad", la noción "espacio-cuerpo" ... Si un niño pequeño menciona haber visto pasar por la cocina a su abuela, fallecida un mes atrás, le dirán que se equivocó, que era el gato, y así poco a poco vamos restringiendo nuestras capacidades perceptivas y sensoriales. Hay quien no cree en los espíritus, pero que los hay los hay...

La sociedad actual está disociada, desacralizada, perdió su relación con el espíritu. Incluso en la tradición judeo-cristiana en general, y peor aún en sus instituciones y sacerdotes, hay una desconexión entre lo que se predica y lo que se siente profundamente como verdadero (lo que se ha experimentado acerca “del propio ser”, de sí mismos)

La pequeña anécdota es que cuando terminó la charla (de la cual tomé rigurosos apuntes), me acerqué a este hombre (no recuerdo su nombre, pero sus claros ojos azules y su transparente sinceridad quedarán siempre en mí). El había mencionado que para hacer estas “sesiones” había que mantener un estricto ritual, estar ayudados por un guía espiritual, tomar todos los recaudos, hacerlo con un objetivo específico, porque sino se corrían riesgos muy altos, como “ir de viaje a ese otro mundo” pero no poder regresar, o regresar y no poder integrar la experiencia en forma productiva, a nuestro estado de conciencia normal.

Y también dijo que lo que nos iba ayudar en esa aventura hacia nuestro otro mundo, era la fe. Nuestra religión, nuestra creencia espiritual. Digo entonces, me acerqué y le dije que yo era muy espiritual, pero que no tenía educación religiosa alguna… que había escuchado a mi padre toda la vida blasfemar en contra de las instituciones y dogmas católicos, y que mi madre simplemente había dejado que eligiéramos de grandes.

Me dijo que debería entonces tratar de acercarme a una religión, la más cercana a mi cultura. Porque eso sería la “estructura” para mi “femenina espiritualidad”, inmensa y bella como el mar pero sin límites. Y claro por la psicología sabemos que el padre es la estructura que nos separa del mar de amor inagotable y salvajemente peligroso de nuestras madres… y en cuestiones de religión, a mi me estaba faltando la estructura, el “Padre”, es decir Dios (en el cristianismo como en otras religiones patriarcales).

Al principio me descorazoné mucho, pero luego intenté pensar que la experiencia religiosa es siempre y en última instancia, la conexión profunda con el propio ser, el encuentro con nosotros mismos, y el amor. El amor por nosotros como base, y el amor hacia los demás seres, que es el mismo.

"..Puedo ciertamente , en la vida y en la pintura privarme de Dios, pero no puedo, en mi sufrimiento, privarme de algo más grande que yo y que es mi vida: la potencia de crear...".
--Vincent Van Gogh---

Que estas notas los encuentren en estado de salud y armonía. En lo posible, sonriendo, tanto bajo la lluvia como bajo el sol.

sábado, marzo 25

Ese lugar que nos habita, la infancia



El amor es un pájaro escondido en la infancia

Para Asención Recalde

La infancia fue una caja oscura atada al sueño
hervida en leche agria y la fuerza
de leones a punto de morir

Ella vuelve ahora tras la niebla
pañuelos en llamas
vestidos de colores
cosidos para mí
cuando quizás alguna vez fui niña entre tus hilos
asombrada por tus tijeras de sol
y mandarinas de sol

Adónde fueron Asención
tus telas silenciosas
tu palabra arpa del río Paraguay

En la cocina de granito rojo de mi casa
pisaste la hierba descalza
de tu país de hambre
y hombres aniquilados

tus hermanos
cuántos
te esperaron allá con flores en los labios
y tu madre
te enseñó el secreto de las mujeres de la tierra
curtida de selva y naranjas
azulada ahora en el recuerdo y pequeña
como una diosa matriarcal
inmensa en los siglos

Tu amor
vuelve irrumpe en mi mesa porque sí
abuela casi duende hada madrina
yo te dí mi candor amortajado
y la piel justa de los 11 años

Hoy dormís sola
en un cuarto sin banderas
sola en tu desnudez de tierra
las almohadas blancas
bordadas con el mapa de América del Sur
y tu cabello anaranjado
adornado con dedales de plata
mientras aguardás la muerte
hablando en español
en indio
en guaraní.
Noviembre 2005


Escribí este poema para Asención Recalde, modista ofcial de la familia por aproximadamente 35 años, que vive aún en alguna parte de la ciudad de Buenos Aires, de donde JAMÁS se quiso alejar, sin pareja, sin hijos, sin grandes amigos. Sus hermanos (como 100) la esperan en Paraguay, pero ella, con sus 90 años, se queda acá. Salud por ella y por el pueblo paraguayo! Ese país tan desconocido.

domingo, marzo 19

RETROCedo unos años, y me veo

Anoche (sabado) me dormí escuchando Claro de Luna. Lo tengo en un cassette ("una" cassette -diría mi padre-) muy barato que compré hace un tiempo en esas liquidaciones y en uno de esos ataques de comprar música que me dan cada tanto.

Debussy, Liszt, Dvorak y Sibelius durmieron conmigo. Siempre las notas del piano me golpean en el pecho, a veces suavecito como con la yema de un dedo, a veces como olas de un mar besado por el viento.

Esta mañana, estaba buscando algo en la biblioteca, y abrí una de las ¿15? carpetas que tengo con poemas... los hay con 3 o 4 versiones, repetidos con distintas letras, en papeles de diferente color y textura, a mano y en computadora, con trazos de corrección o feroces tachaduras. Un caos que no me atrevo a desafiar.

En esa carpeta encontré textos de cuando tenía 23 o 24 años. Me pareció que estaba más lúcida que ahora, lo cual no implica que la escritura fuera mejor. Mas bien se diria que estaba bastante torturada, y eso que no puse los peores, llenos de sensaciones extremas.

La verdad es que a veces tengo muy mala memoria, y no sólo tropiezo más de una vez con la misma piedra, sino que me baño en el mismo río, aunque contradiga a Heráclito... Hay un perfume que no puedo abandonar.

Aquí cuelgo algunos, como se cuelgan ropitas de la soga, para que tomen aire.

Para desnudarme un poco frente a quienes lean estas líneas.

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Quisiera gritar mi vida frente a todas las caras
refregar mi vida en las caras de los asombrados
de los comprensivos de los idiotas de los abrumados.
Quisiera gritar mi vida con la garganta y los ojos
y los nudillos golpeados contra el hierro de mi existencia.

Estoy parada en una boca de subte frente a la multitud que se traslada.
Pasan con niños con perros con máscaras con marionetas,
pasan y me miran y me compadecen, porque yo no puedo moverme.
Observo fascinada la traslación de sus cuerpos.
Yo estoy parada deseando volver a ser pequeña y moldeable
como un pan de arcilla que mis manos pudieran transformar a mi capricho.

He soñado tanto que voy quedándome dormida de apoco
abrazada a los hierros de la boca del subte.
Suavemente voy quedándome dormida.

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Voy a incinerar toda mi ropa
y echaré a la misma hoguera
mis cadenas y mis trampas.

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Abre las ventanas para ver la luz:
la ropa mojada se mece en la soga
el recipiente de lavar se vuelve casco
y ella sueña que cabalga rozando la selva.
Está soñando que su caballo es su enamorado que la transporta.
No tiene bridas ni montura.

La ventana está abierta pero le falta el aire
se ahoga
gime despacio junto al reloj
nadie acude

se entretiene contando los segundos.

martes, marzo 14

noche colosa, noche maldita, noche siempre noche

Dionisio y un jóven tocando la flauta,
representados en un ánfora griega

Viernes 10 de marzo, xx hora de la madrugada o sea sábado 11. Maldita Ginebra se relame en sus heridas y blusean Lelo Araya y Pink Floyd junto a Enrique Molina Bayley y los que estamos transitando por aquí.

Hay cerveza por todos lados excepto en un termito-petaca que se mandó solo con fernet-cola. Hay regresos y re-besos, amor y melodrama sin explicación cuando nos ataca la performance "real online life show", o " te lloro unas palabras en busca e redención" de Kelly.

SI SI SI, nosotros vosotros ellos tu quedamos retratados o levemente "scratcheados" por el captador de momentos. Pueden ver selección top 10 en el link "GALERIA DE FOTOS" y más aún en esos cuadraditos modernos que se mueven en este instante a vuestra derecha, al costadito.

No pudimos captar al niño suicida que vino a refugiarse en MG luego de su paseo bajo una rueda de auto y su kinesis coreográfica a cargo de "Sustancias Varias".

JOYITA: imágenes de la mudanza entropizada de Mónica Melo.

Y hay más y más pero vendrán en próximas entregas.

viernes, marzo 10

Historia de la Clepsidra

Clepsidra

Clepsidra es una de las palabras más hermosas del idioma. Hay palabras bellas no tanto por su estructura estética como por su contenido semántico, que de algún modo se relacionan afectivamente con la persona que las usa. (...) Pero hay otras que producen un efecto estético agradable, incluso sin conocer su significado. Es el caso de colibrí, ruiseñor, crisálida, gladiolo, efímero, alabastro, cazuela y clepsidra, entre otras.

Proviene del vocablo latino clepsydra, que a su vez deriva del griego klepsydra, compuesta de hydro (agua) y klepto (yo robo). La idea es que el recipiente inferior roba el agua (o la arena) del superior. La antiquísima invención de la clepsidra -de origen mesopotámico- se basa en el principio de que una cantidad dada de agua siempre requiere del mismo tiempo para pasar gota a gota de un recipiente a otro. Este mecanismo es entonces un cronómetro y no un reloj, pues marca una determinada cantidad de tiempo pero no da la hora.

Es el instrumento que más visiblemente representa, con la caída del agua o de la arena, el fluir constante del tiempo.

En Egipto se usaban especialmente durante la noche, cuando los relojes de sombra no servían. Las primeras clepsidras consistieron en una vasija de barro que contenía agua hasta cierta medida, con un orificio en la base de un tamaño suficiente como para asegurar la salida del líquido a una velocidad determinada y, por lo tanto, en un tiempo fijo. El cuenco estaba marcado con varias rayas que indicaban la hora en las diferentes estaciones del año.

Los relojes de agua también se usaron en los tribunales de Atenas para señalar el tiempo asignado a los oradores y cuentan que el filósofo Platón inventó un reloj de agua muy eficiente. Tambien se uso en los tribunales de Roma, y en campañas militares para señalar las guardias nocturnas. El reloj de agua egipcio, más o menos modificado, siguió siendo el instrumento más eficiente para medir el tiempo durante muchos siglos.

No ha llegado ninguna clepsidra antigua hasta nosotros. Sólo se conoce su funcionamiento por las descripciones de Vitrubio (arq. griego, siglo I a.c.)

De: “Historia de los Relojes”, Instituto Ayelén (Educ. Especial, Bs.As.) y Red escolar ILCE (Bs.As.)

jueves, marzo 9

Es mi deber salvarme

Okno - R. Magritte
Es verdad, mi blog se apagó casi al mismo tiempo que yo. Fui como una luz eléctrica en cortocircuito, mortecina y azul, intermitente y opaca. Dudé. Se me enfrió la piel de adentro. Me puse blanca envuelta en mis sábanas blancas.

Novedades brotaron de mi cabeza y de mi ser como una primavera feroz.

Mientras vos, Ernesto y con boina, te fuiste a pasear por los montes, entre los madroños (qué son los madroños?), mientras el mundo no dejó ni un instante su religión y orbitar, yo desaparecí porque el tiempo me dolía y me dolía el alma.

El hacedor - J.L. Borges - (de La cifra, 1981)

Somos el río que invocaste, Heráclito.
Somos el tiempo. Su intangible curso
Acarrea leones y montañas,
Llorado amor, ceniza del deleite,
Insidiosa esperanza interminable,
Vastos nombres de imperios que son polvo,
Hexámetros del griego y del romano,
Lóbrego un mar bajo el poder del alba,
El sueño, ese pregusto de la muerte,
Las armas y el guerrero, monumentos,
Las dos caras de Jano que se ignoran,
Los laberintos de marfil que urden
Las piezas de ajedrez en el tablero,
La roja mano de Macbeth que puede
Ensangrentar los mares, la secreta
Labor de los relojes en la sombra,
Un incesante espejo que se mira
En otro espejo y nadie para verlos,
Láminas en acero, letra gótica,
Una barra de azufre en un armario,
Pesadas campanadas del insomnio,
Auroras y ponientes y crepúsculos,
Ecos, resaca, arena, liquen, sueños,
Otra cosa no soy que esas imágenes
Que baraja el azar y nombra el tedio.
Con ellas, aunque ciego y quebrantado,
He de labrar el verso incorruptible
Y (es mi deber) salvarme.

lunes, marzo 6

porqué desapareció mi blog????

Lo tapó el viento, se lo llevó la noche, la parca lo tiñó de blanco, lo raptó Mercurio para cubrirse del sol (es el más rápido de los planetas).

Anoche (hoy) a las 2 a.m., mi blog era un cuadrado blanco en la pantalla. Yo era un círculo rojo en la silla.

No sufrí, si había que empezar nuevamente se empezaba. Pero la verdad es que nunca creí del todo que hubiera desaparecido. Me resigné a tantas cosas. Me dormí. El espacio virtual tiene misterios.

Y en Mercurio, un día corresponde a 176 días terrestres.