jueves, abril 27

Algunas posibles respuestas espontáneas a Diego sobre beber vino



Cuando disfrutamos del vino, nos aterciopelamos la lengua y la garganta.
Los ojos brillan líquidos y violetas, el corazón se baña renueva su sangre y se agita de gozo.
Cuando bebemos nos volvemos niños y nos volvemos uva en la noche.

El vino es copa, canto, luz.
Cuando bebemos nos hace cosquillas una gota color de trueno en las viejas neuronas.
El vino es salvaje si bebemos queremos arañar todo lo que se mueve.
Queremos besar con los ojos y los dedos a todo lo que brilla y huele.
El vino se viste con su capa de vampiro y nos lleva de paseo por un bosque frondoso y oscuro.

El carruaje de los sentidos es de madera crujiente y huele a pesadillas, tormentas y deseos.
El vino nos envuelve en su capa de tierra y nos llama cantando dice "a bailar a bailar"
A bailar a bailar con los ojos y las palabras y de repente estamos en la calle donde todo es gris.
En la calle todo puede ser dolor y miseria, y allí nos vemos cara a cara con la condición humana.
Y luego volvemos adentro donde están los amigos, el fuego, las voces.
Y bebemos otro trago transmutados en dioses para que la sangre sea nueva y borrar toda la gran herida del mundo que descansa en nuestros brazos cuando nos bañamos desnudos en el sueño del amanecer.

sábado, abril 22

El árbol de Berlín



El árbol de Berlín
es pasto para los niños
sueña que es un árbol del mundo

mientras su canto es tierno en las mañanas
cuando el día pasa
responde al ruiseñor con sonidos
sibilantes y misteriosos
como el nombre que traemos al nacer

El árbol de Berlín
cuando cae la tarde
se despide del murmullo
la savia
que al amanecer estallaba
en el corazón de las hojas
se aquieta como un cuerpo en resistencia

Azul
Pájaro
Trueno

Amarillo y negro el árbol del otoño
me pregunta todo lo que no
puedo decir .
Apenas me acurruco entre sus secretos
y me abrazo al tronco:
firme sobre la tierra

martes, abril 18

Acerca del fuego, del agua, y todas las batallas

Fuego

Si la noche me encuentra
estaré más perdida
que el Minotauro

si me sigue la noche
sin canción
si me hace el amor
bajo un viejo alero
si me aprieta contra ella
y acaricia mis pechos
si me huele la nuca
con hocico de lobo
y me anuncia la sombra
... estaré más perdida
que una bala sin hueso .

en el mar de la noche
mi promesa es eterna


Amanezco desnuda
con las palmas abiertas como flechas
hendiendo la penumbra.

lunes, abril 10

SOLO ESTA FRASE. Qué bueno que la encontré.

La Belle Romaine, Amadeo Modigliani


"No me pregunten quién soy, ni me pidan que permanezca invariable."

La saqué del blog de
  • Marga

  • Gracias Marga y Foucault!!

    domingo, abril 9

    ¿Cuáles son Vuestras Rosas, Amigos ?


    Homenaje en vida !! Poesía de amigos

    Hoy publico dos poemas de mi amigo Héctor Urruspuru. Tiene una extensa obra inédita, con una voz personal y reconocible y aún así animándose a probar siempre caminos nuevos.

    Yo encuentro en estos poemas su delicada sensibilidad, las huellas de sus recorridos , su alma expuesta a todos cuando muestra sus rosas.... Cada uno tiene sus flores verdad? Pero no siempre están a la vista...

    Plasmar un recuerdo, un lugar que se ha hecho huella en el cuerpo, una sensación, un estado de alma. Héctor no es sólo poeta cuando escribe. Es poeta cuando vive.... y eso es un peligro.

    Y ahora, casi como panfleto, si quieren ver más poemas de Héctor, de Gerardo Curiá, o de quien escribe estas líneas, o sea yo, pueden visitar:

  • Maldita Ginebra Poesía


  • Próxima entega: Poesía en con el corazón en la piel: Mónica Melo



    "La poesía es un arma cargada de futuro" - Gabriel Celaya.


    La doña...

    haber agradecido el agua de La doña; borbotones
    de la manguera azul a rayitas blancas, doña que regaba malvones,
    al rododendro solitario, al grueso tallo espiralado de la parra......

    y bajo el sol menguante de la tarde
    el picadito con 7 amigos 7, de esos, que se imaginan
    por el resto de los días (días del alma)

    y la canchita polvorienta parche de Dios
    en el medio del corazón más dulce
    del barrio obrero, del Oeste, el nuestro.

    Haber agradecido el agua y la jugada esa: “parecita” que culminó en gol
    y ese arquero vestido de negro que volaba,
    con todo el cielo rojo como testigo de su hazaña

    sus dedos estirados allá (Sr....) sobre el ángulo
    superior imaginario y haberse atajado todo, todo,
    en un atardecer de silbatos, de locomotoras lejanas...

    héroe pequeño de la cuadra - de nombre Palmieri -
    muro insalvable alzado entre un tacho de pintura
    y el bolsito adidas, el más verde, el de la infancia.

    Y en eso consistía la vida...? (no doña?)
    que nos hayas dado agua. Que hayas celebrado con la mirada
    nuestras rodillas sucias, una media caída, las breves, las celestes charlas.

    En tu sonrisa en tus ojos por instantes...
    toda la madre universal del cuento ruso, cuidándonos... dándonos agua...
    como a tus malvones, como al rododendro. Dándonos agua...

    “... Y regabas tu jardín con una manguera azul a rayitas blancas,
    cordón umbilical, borbotones felices de plata bruñida
    allá, en el recuerdo, de los primeros días”.



    Mis rosas…

    a todo poeta se le da
    por mostrar sus rosas
    alguna vez,
    estas, son las mías:
    negras
    - otras incoloras -
    … huelen a aves nocturnas,
    no tienen gotas de rocío
    que las vuelvan fotogénicas,
    tienen partículas
    de estrellas lejanas
    … y viven, en siete maceteros,
    sobre mi balcón...

    (cuando llueve,
    sufren mucho…)

    … son mis rosas,
    si tapas tus oídos
    oirás que hasta cantan,
    con una voz que viene
    desde el comienzo
    de los tiempos,
    como un rumor constante
    y de fondo
    en el espacio ulterior

    rosas negras
    (y otras sin color)
    - las que ninguna dama querría,
    ... nunca -

    mis flores preferidas
    regadas con llanto...
    y poesía…

    Héctor Urruspuru

    viernes, abril 7

    Viernes de fiesta y pena


    Es viernes de sol, y solo por eso recuerdo unos versos del poema de Prevert :

    Fiesta (version libre)

    Y los vasos estaban vacíos
    y la botella rota
    y el lecho estaba abierto
    y la puerta cerrada
    y todas las estrellas cristalinas de la felicidad y la belleza
    resplandecian en el polvo de la habitacion mal barrida

    y yo estaba borracho de muerte
    y tu estabas ebria de vida
    toda desnuda en mis brazos



    Ariadna: Anónimo Escultura Romana (Siglo. II d.C.)

    Hoy soy Larac, Aracl, hoy no se como ordenar las letras de mi nombre…. Hoy tengo muchos otros, soy Beatrice, soy Ariadna, Penélope, Julieta.

    Hoy tengo el alma como un yunque, me hunde el pecho una pena y sólo puedo amigarme con ella. Me siento junto a ella a tomar un te, le ofrezco un trozo de pan, un cigarrillo. Leemos juntas unas líneas y luego nos pintamos los ojos, y salimos a beber con los amigos poetas, que para el caso siempre hallan lugar para la pena y su dueña.

    Los sueños bullen en mi como el agua en una olla de fuego, y aún así, algunos que sueñan no pueden acompañarme…

    Tal vez porque en este recodo del camino el sol pega muy fuerte, la sombra es escasa y el agua se cuenta de a gotas... Pero, cuando las malezas se hayan atenuado será una fiesta ! Ahora mismo es una fiesta. Comparto algo que dijo Herman Hesse en la introducción a Demian ...:

    “...He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave ni armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos...”

    Buscarse ... abrirse la piel ... No hay serenidad en lo que es descarnado, hay verdad. Y a veces hay belleza. Y asi como soy conmigo, soy tambien con los que me han tocado el corazón, y como trato a mi corazón asi trato a los que amo.

    En homenaje a los amigos españoles que a veces me visitan, y a mis queridos amigos de aquí, que me visitan en persona, dejo unos fragmentos de belleza, que no por conocidos pierden su efecto de bálsamo y su aliento de amor susurrado en el pecho y los labios:

    Fragmentos
    Coplas a la muerte de mi padre - Jorge Manrique

    Nuestras vidas son los ríos
    que van a dar en la mar,
    que es el morir;
    allí van los señoríos
    derechos a se acabar
    y consumir;
    allí los ríos caudales,
    allí los otros medianos
    y más chicos,
    y llegados, son iguales
    los que viven por sus manos
    y los ricos.

    ---------

    Ved de cuán poco valor
    son las cosas tras que andamos
    y corremos,
    que en este mundo traidor,
    aun primero que muramos
    las perdamos:
    de ellas deshace la edad,
    de ellas casos desastrados
    que acaecen,
    de ellas, por su calidad,
    en los más altos estados
    desfallecen.

    ------------------------o o o --------------------------------

    Amor constante más allá de la muerte - Francisco de Quevedo

    Cerrar podrá mis ojos la postrera
    sombra que me llevare el blanco día,
    y podrá desatar esta alma mía
    hora a su afán ansioso lisonjera;

    mas no, de esotra parte, en la ribera,
    dejará la memoria, en donde ardía:
    nadar sabe mi llama la agua fría,
    y perder el respeto a ley severa.

    Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
    venas que humor a tanto fuego han dado,
    medulas que han gloriosamente ardido:

    su cuerpo dejará no su cuidado;
    serán ceniza, mas tendrá sentido;
    polvo serán, mas polvo enamorado.

    Asi es !! Polvo polvo, con todas sus ascepciones: El del Amor, el de la Muerte y el de la Vida.

    domingo, abril 2

    En Buenos Aires hay un río, con barcos

    Hoy estuve paseando por el barrio de la Boca. Mítico, alguna vez portuario, el que eligieron los inmigrantes italianos a principios del siglo, 1900 y pico, para establecerse. Como no tenían dinero, pintaron sus casas con todos los tachos de pintura que les quedaban de pintar los barcos. Eran casas con frentes de chapa ondulada, rojos, verdes, azules.

    Cuando nos vamos acercando, aún dentro el colectivo, se empieza a sentir un olor a río contaminado... a río marrón. Parece irresistible por lo feo, al principio. Luego nada nos recuerda ya esa sensación. Somos parte del paisaje, ciudadano, de casas humildes, de veredas con altos escalones para evitar las inundaciones luego de lluvias intensas.

    En la Boca vive gente humilde y no tanto, gente que eligió quedarse cerca de sus raíces, de esos primeros habitantes que mezclaron su nostalgia con los sonidos del tango, de los conventillos donde vivían familias enteras dentro de una habitación, y en el patio común se encontraban a compartir una vida más gris dura de lo que les habían prometido cuando les hablaron de "venir a América" para tener una nueva oportunidad. En esos patios se tejieron historias de cuchilleros, de amores, de solidaridad. Aún persisten algunos, otros han sido convertidos en estudios de artistas plásticos, escultores. Allí vivieron famosos pintores argentinos como Fortunato Lacámera o Benito Quinquela Martín, que pintaba barcos y más barcos, y el reflejo de las luces sobre el agua, cuando el agua estaba seguramente más habitable que ahora...

    En la turística zona de "Caminito", se reúnen hoy pintores, músicos y cantantes, bailarines de tango, artesanos, para ofrecer a los extranjeros sus obras y el colorido de sus mundos. Más allá, en otras calles, se ven chicos jugando a la pelota, árboles lánguidos como lo son los sauces, árboles muchos y bellos, atravesados por la luz del otoño. Se ven hombres pintando las puertas de sus casas o lavando sus autos, o simplemente tomando mate en el cordón de las veredas.

    No aconsejan visitar la Boca de noche, hay que ser un habitante para conocer los códigos, es mejor ir con la luz del sol.


    Me detuve en un café-galería de arte. Me atraparon las esculturas en hierro, tan sensibles y reales hechas con tuercas y tornillos y otros trozos de metal de todo tipo. Entre tornillos cobró vida un violinista, un murguero, barcos, saxos y contrabajos...

    Yo no había almorzado así que tomé un café con leche con un sandwich de jamón y queso. Eran las 4 o 5 de la tarde. Me entretuve sacando algunas fotos las que ví desde la ventana con rejas, esa tela de araña tan amiga expuesta al sol de la esquina del antiguo marco.


    Estaba en una casa de 1870, con las paredes blancas y brillantes. Pasé mi tarde entre la fascinación de retratar luces y colores, formas y el perfume de las cosas, y leyendo a Borges, quien me acompaña mucho últimamente.
    Les dejo estas palabras y estas fotos. Este es un barrio de mi ciudad, y aún queda tanto por descubrir. Buenos Aires es una ciudad llena de rincones siempre nuevos. No la conozco del todo, pero es mi lugar.