domingo, marzo 19

RETROCedo unos años, y me veo

Anoche (sabado) me dormí escuchando Claro de Luna. Lo tengo en un cassette ("una" cassette -diría mi padre-) muy barato que compré hace un tiempo en esas liquidaciones y en uno de esos ataques de comprar música que me dan cada tanto.

Debussy, Liszt, Dvorak y Sibelius durmieron conmigo. Siempre las notas del piano me golpean en el pecho, a veces suavecito como con la yema de un dedo, a veces como olas de un mar besado por el viento.

Esta mañana, estaba buscando algo en la biblioteca, y abrí una de las ¿15? carpetas que tengo con poemas... los hay con 3 o 4 versiones, repetidos con distintas letras, en papeles de diferente color y textura, a mano y en computadora, con trazos de corrección o feroces tachaduras. Un caos que no me atrevo a desafiar.

En esa carpeta encontré textos de cuando tenía 23 o 24 años. Me pareció que estaba más lúcida que ahora, lo cual no implica que la escritura fuera mejor. Mas bien se diria que estaba bastante torturada, y eso que no puse los peores, llenos de sensaciones extremas.

La verdad es que a veces tengo muy mala memoria, y no sólo tropiezo más de una vez con la misma piedra, sino que me baño en el mismo río, aunque contradiga a Heráclito... Hay un perfume que no puedo abandonar.

Aquí cuelgo algunos, como se cuelgan ropitas de la soga, para que tomen aire.

Para desnudarme un poco frente a quienes lean estas líneas.

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Quisiera gritar mi vida frente a todas las caras
refregar mi vida en las caras de los asombrados
de los comprensivos de los idiotas de los abrumados.
Quisiera gritar mi vida con la garganta y los ojos
y los nudillos golpeados contra el hierro de mi existencia.

Estoy parada en una boca de subte frente a la multitud que se traslada.
Pasan con niños con perros con máscaras con marionetas,
pasan y me miran y me compadecen, porque yo no puedo moverme.
Observo fascinada la traslación de sus cuerpos.
Yo estoy parada deseando volver a ser pequeña y moldeable
como un pan de arcilla que mis manos pudieran transformar a mi capricho.

He soñado tanto que voy quedándome dormida de apoco
abrazada a los hierros de la boca del subte.
Suavemente voy quedándome dormida.

......................................................................................

Voy a incinerar toda mi ropa
y echaré a la misma hoguera
mis cadenas y mis trampas.

.......................................................................................

Abre las ventanas para ver la luz:
la ropa mojada se mece en la soga
el recipiente de lavar se vuelve casco
y ella sueña que cabalga rozando la selva.
Está soñando que su caballo es su enamorado que la transporta.
No tiene bridas ni montura.

La ventana está abierta pero le falta el aire
se ahoga
gime despacio junto al reloj
nadie acude

se entretiene contando los segundos.

11 comentarios:

Reaño dijo...

Querida Clara,
debo agradecerte una vez más: gracias por llenar las copas sedientas de versos. Tienes el don de la palabra, cuajado con el bandoneón y el facón mítico...
Debes buscar esos "ángeles muertos", esos versos de la memoria, com dice el poema de Alberti:
LOS ÁNGELES MUERTOS
"Los ángeles muertos
Buscad, buscadlos:
en el insomnio de las cañerías olvidadas,
en los cauces interrumpidos por el silencio de las basuras.
No lejos de los charcos incapaces de guardar una nube,
unos ojos perdidos,
una sortija rota
o una estrella pisoteada.
Porque yo los he visto:
en esos escombros momentáneos que aparecen en las neblinas.
Porque yo los he tocado:
en el destierro de un ladrillo difunto,
venido a la nada desde una torre o un carro.
Nunca más allá de las chimeneas que se derrumban,
ni de esas hojas tenaces que se estampan en los zapatos.
En todo esto.
Más en esas astillas vagabundas que se consumen sin fuego,
en esas ausencias hundidas que sufren los muebles desvencijados,
no a mucha distancia de los nombres y signos que se enfrían en las paredes.
Buscad, buscadlos:
debajo de la gota de cera que sepulta la palabra de un libro
o la firma de uno de esos rincones de cartas
que trae rodando el polvo.
Cerca del casco perdido de una botella,
de una suela extraviada en la nieve,
de una navaja de afeitar abandonada al borde de un precipicio."

Así, retro-cedes: y eres Clara y Clara. ¿Cuál de las dos despertará del sueño? ¿Y cuál será el Rey y cuál Alcia?
En fecto, Heráclito no sabía nada (basta saber cómo murió).
Sólo los poetas saben que saben y por eso pueden darse el lujo de callar.
¿quién despertará del sueño?
A esta hora duermes, Clara, y yo, agradecido, espero que el día te abrace.

Anónimo dijo...

Te amamos mucho, dulce Clara.
Bellos los poemas y el alma que los sostuvo y los da a luz.

Anónimo dijo...

Usted me hace decir en voz alta mi poema, porque usted, Noctiluca....

Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.

Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.

xnem dijo...

Si tropezamos varias veces con la misma piedra es por algo, yo creo que es bueno, es como un problema al que no hemos encontrado solución aún, distintas maneras de ver la misma cosa, y como solo aprendemos de los fallos pues vamos fallando continuamente. Yo tambien digo una cassette como tu padre. saludos.

Reaño dijo...

"Es de noche, pasa rezongando el viento, que dobla los sauces cuasi contra el suelo" (según la cación pampeana)
Te he visitado anoche.
Clara,
aprovechando que llovía aquí y garuaba en Buenos Aires o
era el rocío
y un trozo de bandoneón me lleva a tu frente

Y aparecen los versos de Lorca:

"La noche no quiere venir
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.

Pero yo iré,
aunque un sol de alacranes me coma la sien.

Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.

El día no quiere venir
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.

Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.

Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí."

Y entonces visitándote te he pedido que me acompañes en el sueño... te he pedido que parezcas ante mí con tu sonrisa perfecta, gardeliana.

Y lo has hecho.

¿Bailas?

Reaño dijo...

¿Enojarme? No es posible, sobre todo luego de tu grácil visita. Te he mostrado ayer el bosque madroños y hemos caminado hasta el monasterio de San Lorenzo... allí, en su empedrado has sonreído y hemos danzado, como en el puente de Avignon:
"on y danse, on y danse"

Reaño dijo...

Y antes de "dirme", a tomar el tren a la universidad, y ahora que hablámamos del viento pampeano, empecé a tararear una canción de larralde:

"La pucha que hay que ser macho
pa' vivir a lo ñandú
sin recularle al pampero
con los alones en cruz.

La pucha que hay que ser macho
alimentao a ragú
corazón de tierra y alma
del sulr."

Reaño dijo...

Bueno, yo me meto (quizá más de lo que debiera) en política. Y te mando mi abrazo más solidario, ahora que estarás en aquella marcha: nuestros países no merecen, nunca más caravanas de la muerte ni dictaduras.
Me ha conmovido el poema de Brecht. Te dejo éste y bon courage! hoy.
Primero apresaron a los comunistas, y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego se llevaron a los judíos, y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los obreros, y no dije nada porque no era obrero.
Luego se metieron con los católicos, y no dije nada porque yo era protestante.
Y cuando finalmente vinieron por mí, no quedaba nadie para protestar.
Martin Niemöller (Alemania 14-01-1892 - 06-03-1984)

Un beso, esperándote.

Reaño dijo...

¿A qué dios exigir?
¿qué nibelungo extorsionar?
¿cuántos hados embriagar?
Para ver más poemas tuyos, para verte escribir.
¿Cuántas calles porteñas para encontrarte?
Correspondiendo al piropo que me dejado en sonrojo, me gustaría poder pintar tus cantos, aquellos que callas y los que enuncias, soles de ebriedad jocosa, cuando la tarde se niega a despedirse.
Un beso, espiritual, caótico... y un guiño, silbando.

Reaño dijo...

voy a dormir.
espero tu trazo
en el sueño

La gata que no esta triste y azul dijo...

Gracias por esos poemas...